La pantera rosa de Miquel Navarro
En
virtud de su color y porte esbelto, los valencianos dieron el nombre de
la pantera rosa a esta escultura. Pocos saben, sin embargo, que el
color hace referencia a los terrenos de Renfe, adoptando el de los
vagones que aún no han sido pintados cuando son nuevos, o han sido
retirados ya, por haber cumplido su ciclo y han perdido su capa de
pintura superpuesta.
La escultura fue encargada para conmemorar el canal Júcar-Turia.
Teniendo
en cuenta esta motivación, se puede puede intuir que el autor pretende
simbolizar el triunfo de la industria humana sobre la naturaleza, dado
también que el agua, una vez domada, cae mansamente y en condiciones de
ser aprovechada.
Otro
punto que cabe destacar es que parece un símbolo fálico. Pudiera
entenderse que el ser humano está eufórico, más que satisfecho, por la
proeza.
Sin embargo, la idea del autor es mucho más sofisticada. En lo alto de la escultura hay una cabeza de insecto.
Se
trata, pues, de un insecto metálico; o sea, es industria y es
naturaleza al mismo tiempo. Como el propio canal que representa, que,
siendo obra humana, no deja por ello de ser naturaleza. Por la boca del
insecto es por donde sale el agua. Es decir, el insecto vierte palabras,
que antes han sido ideas o pensamientos, y esas palabras, ofrecidas de
forma pacífica y civilizada, resultarán muy provechosas a los habitantes
de la ciudad.
El
color del monumento no obedece, pues, al motivo utilitario que en un
primer momento se puede pensar, sino que posee un simbolismo
sentimental y romántico, al referirse a elementos que están en la
memoria de los valencianos.
En
definitiva, la escultura, y en contra de lo que imprudentemente se
pudiera pensar en una mirada apresurada, alberga una gran carga
emocional y simbólica. La sencillez en las formas y los materiales
debería inducir a pensar en la capacidad de síntesis del arte, que
algunos saben interpretar magistralmente.
Vientos de las dos orillas
En
virtud de su color y porte esbelto, los valencianos dieron el nombre de
la pantera rosa a esta escultura. Pocos saben, sin embargo, que el
color hace referencia a los terrenos de Renfe, adoptando el de los
vagones que aún no han sido pintados cuando son nuevos, o han sido
retirados ya, por haber cumplido su ciclo y han perdido su capa de
pintura superpuesta.
La escultura fue encargada para conmemorar el canal Júcar-Turia.
![[Img #2280]](upload/img/periodico/img_2280.jpg)
En
definitiva, la escultura, y en contra de lo que imprudentemente se
pudiera pensar en una mirada apresurada, alberga una gran carga
emocional y simbólica. La sencillez en las formas y los materiales
debería inducir a pensar en la capacidad de síntesis del arte, que
algunos saben interpretar magistralmente.
Vientos de las dos orillas
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