El último horno 'de pueblo' de Calp al borde del cierre
Paca y Pacual llevan 19 años al frente de "El forn de María", una panadería que quieren traspasar ahora que se jubilan
El "Forn de María" es uno de esos negocios de toda la vida que hacen pueblo. Una panadería emblemática que se ve abocada al cierre si no se ponen al frente del negocio personas que quieran aprender y seguir con vocación el oficio para que no se pierda.
Paca y Pascual son el matrimonio que ha regentado el "Forn de María" durante los últimos 19 años. Un negocio ya centenario ubicado en la Calle Libertad en el centro histórico de Calpe. Pero Paca y Pascual se jubilan. Ella por problemas en la vista y él porque está delicado de las piernas. "Nuestros hijos hace tiempo que nos dicen que lo dejemos, pero no vemos el momento", nos comentaba Pascual.
![[Img #16186]](https://calpdigital.es/upload/images/01_2024/6656_forn-de-maria-calp.jpg)
Paca es de Gata y Pascual de Pedreguer. Conocían el oficio, ya que Pascual llevaba una panadería en Gata. Fue cuando, hace 19 años, les comentaron que se traspasaba un horno en el centro de Calp. Y allí que se fueron a trabajar y a vivir. Y "ha sido una locura porque durante muchos años el negocio ha funcionado muy bien", nos contaban.
Paca recordaba que los llamaban para hacer grandes eventos, cuando la gente quería en sus banquetes los productos tradicionales, de toda la vida. Y Pascual repasaba sus cifras récord: las 1.200 cocas que tuvieron que hacer una vez para "els bous al carrer" de Calp, o los 1.600 huevos que tuvieron que utilizar para hacer monas de Pascua. Eso sin dejar de atender el trabajo del día a día.
Ellos han horneado pan todos los días. Tras varias crisis y con la pandemia, todo empezó a cambiar. Se acentuaron aún más los cambios en los hábitos de compra, y el negocio comenzó a flojear Probaron de trabajar con producto congelado, pero la clientela seguía bajando. Y volvieron al pan tradicional, hecho con masa madre y al horno de leña, todo manual. Pero, ni así.
![[Img #16185]](https://calpdigital.es/upload/images/01_2024/2946_pascual-2.jpg)
Sin embargo, también es un oficio que les ha dado muchas satisfacciones. Como apuntaba Paca: "siempre hemos tenido una relación con la gente más de familia y amigos que de clientes". Y justo la gente ha dejado de ir porque ya no son ellos la cara visible de la tienda. "Paca es otro mundo, ella siempre ha sido un referente en el horno", destacaba Pascual.
Pero este matrimonio se jubila. Y para ellos sería fundamental poder pasar el testigo de "un oficio que no queremos que se pierda", nos decía Pascual. En la puerta del "Forn de María" podemos leer el cartel de "Se traspasa", pero aún no ha habido suerte. "Ha venido gente, pero cuando ven un horno tan grande se asustan", nos explicaba Pascual.
Este experimentado panadero sigue llenando el horno cuatro o cinco veces al día: empanadillas, monas, bizcochos...incluso tartas de boda. Los más cercanos también les llevan a hornear "caçoles casolanes" sobre todo en fiestas señaladas.
Pero Paca y Pascual se han puesto un reto por delante, que es el que ahora mismo les motiva: encontrar un relevo que quiera seguir con el oficio. "Poder enseñar a un joven y estar con él los meses necesarios para que aprenda sería un reconocimiento a nuestro trabajo de tantos años", nos decía Pascual con emoción. Y a continuación hacía un resumen de su vida laboral: "Ha sido un trabajo de esclavos, pero yo lo he disfrutado".

El "Forn de María" es uno de esos negocios de toda la vida que hacen pueblo. Una panadería emblemática que se ve abocada al cierre si no se ponen al frente del negocio personas que quieran aprender y seguir con vocación el oficio para que no se pierda.
Paca y Pascual son el matrimonio que ha regentado el "Forn de María" durante los últimos 19 años. Un negocio ya centenario ubicado en la Calle Libertad en el centro histórico de Calpe. Pero Paca y Pascual se jubilan. Ella por problemas en la vista y él porque está delicado de las piernas. "Nuestros hijos hace tiempo que nos dicen que lo dejemos, pero no vemos el momento", nos comentaba Pascual.
Paca es de Gata y Pascual de Pedreguer. Conocían el oficio, ya que Pascual llevaba una panadería en Gata. Fue cuando, hace 19 años, les comentaron que se traspasaba un horno en el centro de Calp. Y allí que se fueron a trabajar y a vivir. Y "ha sido una locura porque durante muchos años el negocio ha funcionado muy bien", nos contaban.
Paca recordaba que los llamaban para hacer grandes eventos, cuando la gente quería en sus banquetes los productos tradicionales, de toda la vida. Y Pascual repasaba sus cifras récord: las 1.200 cocas que tuvieron que hacer una vez para "els bous al carrer" de Calp, o los 1.600 huevos que tuvieron que utilizar para hacer monas de Pascua. Eso sin dejar de atender el trabajo del día a día.
Ellos han horneado pan todos los días. Tras varias crisis y con la pandemia, todo empezó a cambiar. Se acentuaron aún más los cambios en los hábitos de compra, y el negocio comenzó a flojear Probaron de trabajar con producto congelado, pero la clientela seguía bajando. Y volvieron al pan tradicional, hecho con masa madre y al horno de leña, todo manual. Pero, ni así.
Sin embargo, también es un oficio que les ha dado muchas satisfacciones. Como apuntaba Paca: "siempre hemos tenido una relación con la gente más de familia y amigos que de clientes". Y justo la gente ha dejado de ir porque ya no son ellos la cara visible de la tienda. "Paca es otro mundo, ella siempre ha sido un referente en el horno", destacaba Pascual.
Pero este matrimonio se jubila. Y para ellos sería fundamental poder pasar el testigo de "un oficio que no queremos que se pierda", nos decía Pascual. En la puerta del "Forn de María" podemos leer el cartel de "Se traspasa", pero aún no ha habido suerte. "Ha venido gente, pero cuando ven un horno tan grande se asustan", nos explicaba Pascual.
Este experimentado panadero sigue llenando el horno cuatro o cinco veces al día: empanadillas, monas, bizcochos...incluso tartas de boda. Los más cercanos también les llevan a hornear "caçoles casolanes" sobre todo en fiestas señaladas.
Pero Paca y Pascual se han puesto un reto por delante, que es el que ahora mismo les motiva: encontrar un relevo que quiera seguir con el oficio. "Poder enseñar a un joven y estar con él los meses necesarios para que aprenda sería un reconocimiento a nuestro trabajo de tantos años", nos decía Pascual con emoción. Y a continuación hacía un resumen de su vida laboral: "Ha sido un trabajo de esclavos, pero yo lo he disfrutado".
Arde | Martes, 30 de Enero de 2024 a las 09:41:49 horas
Muchas veces que hemos ido los años 2021 y 2022 al "Forn de Maria" a comprar, estaba cerrado a horas comerciales.
Por eso dejamos de ir.
Quizas por eso han ido perdiendo clientes. Los horarios deben ser fijos y respetarlos.
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