El pueblo les invitó a marcharse…
Artículo de opinión ciudadana por Violeta Rivera exalcaldesa de Calpe
Estos días hemos sido testigos de la dimisión del Secretario General del PSOE de Calpe, argumentando poco más que una persecución contra su persona y su familia. Busca excusas y culpables en todos los rincones, pero sin asumir responsabilidad alguna por los peores resultados de la historia del PSOE de Calpe en unas elecciones municipales.
En mi opinión, esa dimisión llega tarde. En 1995, cuando perdí las elecciones después de gobernar dos legislaturas, dimití la misma noche electoral y no tomé posesión de mi acta de concejal. No esperé dos meses, y mucho menos pacté darle la alcaldía a otro partido, traicionando a nuestros votantes, a cambio de 4.000€ al mes, que se han establecido como su sueldo.
Creo que, en cualquier caso, y a pesar del resultado, los votantes socialistas esperaban que el PSOE se presentara a la investidura a Alcalde, lo cual, en mi opinión, es lo que se debería haber hecho. Estoy segura de que tanto Compromís como Defendamos Calpe hubieran dado su apoyo al proyecto socialista, contando de partida con 7 votos. Y es en ese punto donde la hasta entonces Alcaldesa del PP y su nuevo partido, Somos Calpe, hubieran tenido que decidir si darle la alcaldía al Partido Popular, que no contó con ella en estos comicios, o votar a la candidatura socialista, dándole la alcaldía al PSOE. Pero claro, esa opción no aseguraba el sueldo para los próximos 4 años a los tres concejales electos del PSOE.
También pienso que, en este pacto de gobierno, que no contaba con la consulta vinculante a los militantes y por tanto es ilegítimo en el marco de los estatutos del PSOE, se podría haber conseguido más cosas para el proyecto socialista en Calpe, como concejalías de mayor relevancia para poder avanzar en políticas progresistas para los ciudadanos, o incluso la Alcaldía durante parte de esta legislatura. Pero eso hubiera significado más trabajo por el mismo dinero.
El PSPV-PSOE es un partido con más de 140 años de historia y, si por algo se caracteriza, es por decidir siempre los asuntos democráticamente y cumpliendo sus estatutos. Algo que no se ha hecho en Calpe desde la Secretaría General y la Secretaría de Organización, haciendo caer a esta ejecutiva local en bloque. Estoy segura de que hay gente muy valiosa allí, que no comparte sus formas.
Los socialistas calpinos, a los que incluso desde la Secretaría de Organización nos han bloqueado en el grupo de WhatsApp del PSOE de Calp para que no podamos opinar, y tras solicitar formalmente sin éxito la celebración de una asamblea tras las elecciones locales, hemos exigido por el cauce que nos ha quedado que se cumplan los estatutos. Hemos puesto en conocimiento de la Comisión de Ética y Garantías de la Dirección Nacional del partido su incumplimiento en Calpe. Y hemos denunciado que no se realizó a los militantes la consulta vinculante previa a votar la investidura de otro partido o entrar a formar parte de un gobierno, como menciona explícitamente los estatutos del PSOE. Y eso, a mi entender, no es ningún acoso. Cuando uno representa a un partido debe cumplir sus reglas, o no presentarse bajo sus siglas.
Es muy significativo que, en Calpe, el mismo día que el PSOE cosechaba el peor resultado de su historia en unas elecciones locales con un 15% de los sufragios, se obtenga más del 30% de los votos en las elecciones autonómicas en el mismo municipio. Y que tan solo 2 meses después, el PSOE sea el partido más votado en las elecciones nacionales, a pesar de que la dirección local no haya hecho campaña para las generales.
Los ciudadanos nos dieron la espalda en las elecciones municipales. Muchas cosas no se hicieron bien, como no contar en la candidatura municipal con la parte del partido que apoyó a la otra candidata a la Secretaría General local, que perdió por solo 2 votos de diferencia. Y eso lo pudimos ver cuando abrimos las urnas y contamos los votos.
Está claro que con ese resultado a sus espaldas, que les acompañará a lo largo de la historia, no podían volver a presentarse dentro de 4 años. El pueblo les invitó a marcharse el pasado 28 de mayo. Esta dimisión estaba escrita, solo era cuestión de tiempo. Pero la pregunta que queda por resolver a los ciudadanos de Calpe es: ¿dimitirán también de concejales, renunciando a los 48.000€ anuales?
Violeta Rivera, exalcaldesa de Calpe
Estos días hemos sido testigos de la dimisión del Secretario General del PSOE de Calpe, argumentando poco más que una persecución contra su persona y su familia. Busca excusas y culpables en todos los rincones, pero sin asumir responsabilidad alguna por los peores resultados de la historia del PSOE de Calpe en unas elecciones municipales.
En mi opinión, esa dimisión llega tarde. En 1995, cuando perdí las elecciones después de gobernar dos legislaturas, dimití la misma noche electoral y no tomé posesión de mi acta de concejal. No esperé dos meses, y mucho menos pacté darle la alcaldía a otro partido, traicionando a nuestros votantes, a cambio de 4.000€ al mes, que se han establecido como su sueldo.
Creo que, en cualquier caso, y a pesar del resultado, los votantes socialistas esperaban que el PSOE se presentara a la investidura a Alcalde, lo cual, en mi opinión, es lo que se debería haber hecho. Estoy segura de que tanto Compromís como Defendamos Calpe hubieran dado su apoyo al proyecto socialista, contando de partida con 7 votos. Y es en ese punto donde la hasta entonces Alcaldesa del PP y su nuevo partido, Somos Calpe, hubieran tenido que decidir si darle la alcaldía al Partido Popular, que no contó con ella en estos comicios, o votar a la candidatura socialista, dándole la alcaldía al PSOE. Pero claro, esa opción no aseguraba el sueldo para los próximos 4 años a los tres concejales electos del PSOE.
También pienso que, en este pacto de gobierno, que no contaba con la consulta vinculante a los militantes y por tanto es ilegítimo en el marco de los estatutos del PSOE, se podría haber conseguido más cosas para el proyecto socialista en Calpe, como concejalías de mayor relevancia para poder avanzar en políticas progresistas para los ciudadanos, o incluso la Alcaldía durante parte de esta legislatura. Pero eso hubiera significado más trabajo por el mismo dinero.
El PSPV-PSOE es un partido con más de 140 años de historia y, si por algo se caracteriza, es por decidir siempre los asuntos democráticamente y cumpliendo sus estatutos. Algo que no se ha hecho en Calpe desde la Secretaría General y la Secretaría de Organización, haciendo caer a esta ejecutiva local en bloque. Estoy segura de que hay gente muy valiosa allí, que no comparte sus formas.
Los socialistas calpinos, a los que incluso desde la Secretaría de Organización nos han bloqueado en el grupo de WhatsApp del PSOE de Calp para que no podamos opinar, y tras solicitar formalmente sin éxito la celebración de una asamblea tras las elecciones locales, hemos exigido por el cauce que nos ha quedado que se cumplan los estatutos. Hemos puesto en conocimiento de la Comisión de Ética y Garantías de la Dirección Nacional del partido su incumplimiento en Calpe. Y hemos denunciado que no se realizó a los militantes la consulta vinculante previa a votar la investidura de otro partido o entrar a formar parte de un gobierno, como menciona explícitamente los estatutos del PSOE. Y eso, a mi entender, no es ningún acoso. Cuando uno representa a un partido debe cumplir sus reglas, o no presentarse bajo sus siglas.
Es muy significativo que, en Calpe, el mismo día que el PSOE cosechaba el peor resultado de su historia en unas elecciones locales con un 15% de los sufragios, se obtenga más del 30% de los votos en las elecciones autonómicas en el mismo municipio. Y que tan solo 2 meses después, el PSOE sea el partido más votado en las elecciones nacionales, a pesar de que la dirección local no haya hecho campaña para las generales.
Los ciudadanos nos dieron la espalda en las elecciones municipales. Muchas cosas no se hicieron bien, como no contar en la candidatura municipal con la parte del partido que apoyó a la otra candidata a la Secretaría General local, que perdió por solo 2 votos de diferencia. Y eso lo pudimos ver cuando abrimos las urnas y contamos los votos.
Está claro que con ese resultado a sus espaldas, que les acompañará a lo largo de la historia, no podían volver a presentarse dentro de 4 años. El pueblo les invitó a marcharse el pasado 28 de mayo. Esta dimisión estaba escrita, solo era cuestión de tiempo. Pero la pregunta que queda por resolver a los ciudadanos de Calpe es: ¿dimitirán también de concejales, renunciando a los 48.000€ anuales?
Violeta Rivera, exalcaldesa de Calpe
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