El PSOE de Calp traslada el expediente del Club Social Manzanera a la Agencia Valenciana Antifraude por presuntas irregularidades en su gestión

El PSPV de Calp ha elevado el tono en su oposición al gobierno local y a través de un comunicado ha anunciado que “ha trasladado” a la Agencia Valenciana Antifraude el expendiente de contratación de las obras de rehabilitación del Club Social La Manzanera ante lo que consideran “presuntas irregularidades en su gestión”.

En su comunicado los socialistas aseguran que el concejal de Urbanismo habría afirmado que “un informe técnico avalaba el gasto de 1,12 millones de euros pese a haber eliminado la escollera, pasarela y el muro de gaviones” del proyecto original. Obras que se tuvieron que retirar tras detectarse la presencia de un vermétido en la zona.

El PSPV asegura que ha examinado el expediente y el en el informe “la única justificación técnica se resume en un párrafo, en un expediente de 1300 páginas:"Considerando que el plazo de ejecución de las obras de este proyecto es inferior a un año, LOS PRECIOS DE LA OBRA NO PUEDEN SER OBJETO DE REVISIÓN"

Por ello señalan que al “no hallar en estas afirmaciones ninguna justificación razonable a lo que se presenta como un sobrecoste anómalo, podríamos estar ante un presunto fraude a la hacienda pública y una grotesca burla a todos los calpinos. Amén del sobrecoste, el anormal desarrollo y las inusitadas prisas de todo el proyecto, y, sobre todo, la realización de unas obras para las que el ayuntamiento afirma no tener ni siquiera un propósito, motivan la decisión de elevar el expediente a la Agencia Valenciana Antifraude para que analice el trasfondo del procedimiento”.

Tras pedir acceso al expediente y concederselo el gobierno local, el PSPV considera que en este proyecto “no ha habido ni seriedad ni transparencia en un proyecto que jugaba con la imposible recuperación de un trozo de patrimonio calpino en base a un presupuesto desbordado.. El equipo de gobierno ha lanzado notas de prensa, licitaciones y publireportajes, haciendo un uso perverso y artero, de la implicación emocional que el emplazamiento suscita a muchos calpinos, del legado del arquitecto Bofill, y lo que es peor, de una injustificable cantidad de dinero público cuyo destino no se explica”.