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700 años de la muerte de Saurina de Entenza: la mujer que defendió el legado de Calp
Viuda del almirante Roger de Llúria, aseguró la continuidad del Castrum de Calp y permitió que su hija Margarita se convirtiera en una de las pocas señoras feudales de la Edad Media
El 1 de septiembre de 1325 fallecía Saurina de Entenza, una de las figuras más determinantes para el devenir histórico de Calp y de la Marina Alta. Hoy, 1 de septiembre de 2025, se cumplen 700 años de su muerte, un aniversario que invita a recuperar la memoria de una mujer que, desde la sombra del célebre almirante Roger de Llúria, tuvo un papel clave en la defensa del patrimonio familiar, en la consolidación de la Pobla de Ifach y en el acceso al poder de su hija Margarita.
Las excavaciones e investigación arqueológica desarrollada en la Pobla de Ifach por el MARQ ha permitido rescatar, junto a la historia material de aquel enclave medieval, los perfiles de quienes lo protagonizaron. El arqueólogo José Luis Menéndez, director de la campaña de excavaciones, subraya la relevancia de esta mujer: “El papel de la segunda esposa del almirante es fundamental en el destino de lo que será el territorio de Calp”.
“Cuando Llúria muere en 1305, Saurina se convierte en la protectora de las tierras familiares frente a una nobleza y una Corona que buscaban reducir el poder de los Llúria en la corte. Fue la defensora del patrimonio de sus hijos y, en su testamento, dio un paso decisivo: nombró heredera a su hija Margarita, habilitándola como señora del Castrum de Calp”, relata Menéndez.
Saurina se casó con Roger de Llúria en 1291 y enviudó catorce años después. Mientras el almirante combatía por la Corona de Aragón en Sicilia, Calabria y el Mediterráneo central, ella permanecía en tierras valencianas al frente de la administración del linaje. Su vida osciló entre la discreción política y la firmeza en la defensa de los bienes heredados.
Viuda y madre, su mayor aportación fue asegurar que la Casa de Llúria mantuviera su influencia en Calp. Frente a las presiones de Pedro IV de Aragón, interesado en recuperar territorios cedidos por sus antecesores a la nobleza, Saurina consiguió que el Castrum de Calp y la Pobla de Ifach se mantuvieran bajo la titularidad familiar hasta que su hija pudiera ejercer como señora.
Murió en 1325, probablemente entre los 45 y 50 años de edad, y fue enterrada en el monasterio medieval de Xàtiva. Sin embargo, de su sepultura no queda rastro, al ser destruida en 1931 durante la conocida 'Quema de conventos de 1931' que siguió a la proclamación de la Segunda República.
![[Img #19363]](https://calpdigital.es/upload/images/09_2025/9136_exposicion-lluria-senores-y-senoras-de-la-tierra.jpg)
Margarita, la heredera insólita
El testamento de Saurina convirtió a su hija Margarita de Llúria y Entenza en señora feudal de Calp, algo excepcional en un tiempo en el que las mujeres rara vez podían ejercer el poder. Desde la Pobla de Ifach, Margarita dirigió el territorio durante unos 25 o 30 años, acompañada por su esposo, el noble francés Nicolás de Joinville, embajador de la Santa Sede y aliado personal del rey Pedro IV.
Fue conocida por su faceta promotora constructiva. Entre otras construcciones, principalmente en Alcoy y El Puig de Santa Maria, durante su señorío se levantó la iglesia de Santa María de Ifach, pieza central del recinto amurallado y símbolo del poder feudal en la Marina. También consolidó el papel de la Pobla como núcleo urbano, aunque su trayectoria terminó condicionada por la cláusula que entregaba todos sus bienes a la Corona si moría sin descendencia.
Margarita falleció en 1343 y, como estaba previsto, sus posesiones pasaron al rey Pedro IV, quien integró Calp y otros dominios en el Condado de Dénia, germen de lo que actualmente conocemos como la comarca de la Marina Alta.
La Pobla de Ifach, espejo de un tiempo convulso
La historia de la Pobla de Ifach fue breve. Tras el asedio del ejército de Pedro I de Castilla en 1365, el recinto quedó seriamente dañado. A partir de entonces comenzó un abandono progresivo que culminó hacia 1400 con sus habitantes dispersados hacia las alquerías de Calp, Benissa y Teulada, dando origen a los municipios actuales.
Menéndez destaca este hecho como singular: “La Pobla de Ifach fue un núcleo urbano medieval, aunque de vida corta. A diferencia de otras villas, no dejó tras de sí una ciudad, sino que se disolvió en las alquerías del entorno, influyendo directamente en la configuración de la comarca”.
Siete siglos después, Saurina de Entenza sigue siendo una figura poco conocida fuera del ámbito académico, pero esencial para entender la evolución histórica de la Marina Alta. Su legado fue asegurar la continuidad de la Casa de Llúria en Calp y abrir la puerta a que una mujer gobernara sobre un territorio feudal. “El aniversario de Saurina nos recuerda que la historia de la Edad Media no solo pertenece a reyes y caballeros. También hubo señoras que influyeron en la configuración del territorio, y en el caso de Calp, fueron decisivas”, concluye Menéndez.

El 1 de septiembre de 1325 fallecía Saurina de Entenza, una de las figuras más determinantes para el devenir histórico de Calp y de la Marina Alta. Hoy, 1 de septiembre de 2025, se cumplen 700 años de su muerte, un aniversario que invita a recuperar la memoria de una mujer que, desde la sombra del célebre almirante Roger de Llúria, tuvo un papel clave en la defensa del patrimonio familiar, en la consolidación de la Pobla de Ifach y en el acceso al poder de su hija Margarita.
Las excavaciones e investigación arqueológica desarrollada en la Pobla de Ifach por el MARQ ha permitido rescatar, junto a la historia material de aquel enclave medieval, los perfiles de quienes lo protagonizaron. El arqueólogo José Luis Menéndez, director de la campaña de excavaciones, subraya la relevancia de esta mujer: “El papel de la segunda esposa del almirante es fundamental en el destino de lo que será el territorio de Calp”.
“Cuando Llúria muere en 1305, Saurina se convierte en la protectora de las tierras familiares frente a una nobleza y una Corona que buscaban reducir el poder de los Llúria en la corte. Fue la defensora del patrimonio de sus hijos y, en su testamento, dio un paso decisivo: nombró heredera a su hija Margarita, habilitándola como señora del Castrum de Calp”, relata Menéndez.
Saurina se casó con Roger de Llúria en 1291 y enviudó catorce años después. Mientras el almirante combatía por la Corona de Aragón en Sicilia, Calabria y el Mediterráneo central, ella permanecía en tierras valencianas al frente de la administración del linaje. Su vida osciló entre la discreción política y la firmeza en la defensa de los bienes heredados.
Viuda y madre, su mayor aportación fue asegurar que la Casa de Llúria mantuviera su influencia en Calp. Frente a las presiones de Pedro IV de Aragón, interesado en recuperar territorios cedidos por sus antecesores a la nobleza, Saurina consiguió que el Castrum de Calp y la Pobla de Ifach se mantuvieran bajo la titularidad familiar hasta que su hija pudiera ejercer como señora.
Murió en 1325, probablemente entre los 45 y 50 años de edad, y fue enterrada en el monasterio medieval de Xàtiva. Sin embargo, de su sepultura no queda rastro, al ser destruida en 1931 durante la conocida 'Quema de conventos de 1931' que siguió a la proclamación de la Segunda República.
Margarita, la heredera insólita
El testamento de Saurina convirtió a su hija Margarita de Llúria y Entenza en señora feudal de Calp, algo excepcional en un tiempo en el que las mujeres rara vez podían ejercer el poder. Desde la Pobla de Ifach, Margarita dirigió el territorio durante unos 25 o 30 años, acompañada por su esposo, el noble francés Nicolás de Joinville, embajador de la Santa Sede y aliado personal del rey Pedro IV.
Fue conocida por su faceta promotora constructiva. Entre otras construcciones, principalmente en Alcoy y El Puig de Santa Maria, durante su señorío se levantó la iglesia de Santa María de Ifach, pieza central del recinto amurallado y símbolo del poder feudal en la Marina. También consolidó el papel de la Pobla como núcleo urbano, aunque su trayectoria terminó condicionada por la cláusula que entregaba todos sus bienes a la Corona si moría sin descendencia.
Margarita falleció en 1343 y, como estaba previsto, sus posesiones pasaron al rey Pedro IV, quien integró Calp y otros dominios en el Condado de Dénia, germen de lo que actualmente conocemos como la comarca de la Marina Alta.
La Pobla de Ifach, espejo de un tiempo convulso
La historia de la Pobla de Ifach fue breve. Tras el asedio del ejército de Pedro I de Castilla en 1365, el recinto quedó seriamente dañado. A partir de entonces comenzó un abandono progresivo que culminó hacia 1400 con sus habitantes dispersados hacia las alquerías de Calp, Benissa y Teulada, dando origen a los municipios actuales.
Menéndez destaca este hecho como singular: “La Pobla de Ifach fue un núcleo urbano medieval, aunque de vida corta. A diferencia de otras villas, no dejó tras de sí una ciudad, sino que se disolvió en las alquerías del entorno, influyendo directamente en la configuración de la comarca”.
Siete siglos después, Saurina de Entenza sigue siendo una figura poco conocida fuera del ámbito académico, pero esencial para entender la evolución histórica de la Marina Alta. Su legado fue asegurar la continuidad de la Casa de Llúria en Calp y abrir la puerta a que una mujer gobernara sobre un territorio feudal. “El aniversario de Saurina nos recuerda que la historia de la Edad Media no solo pertenece a reyes y caballeros. También hubo señoras que influyeron en la configuración del territorio, y en el caso de Calp, fueron decisivas”, concluye Menéndez.
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