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Kenny Atkinson, de Calp a la cima de la NBA: el entrenador “español” que ha hecho historia en Cleveland
El actual técnico de los Cavaliers, con pasado en el CB Calpe, firma una temporada histórica y ha sido elegido Entrenador del Año en la NBA
Kenny Atkinson ha sido nombrado oficialmente Coach of the Year 2025 (Entrenador del Año) en la NBA. Un reconocimiento que premia una temporada sensacional al frente de los Cleveland Cavaliers, con un balance de 64 victorias y solo 18 derrotas, que lo confirma como uno de los grandes estrategas del baloncesto actual. Pero más allá del éxito en Estados Unidos, el nombre de Atkinson guarda un vínculo especial con España y, más concretamente, con Calp, donde vivió un capítulo determinante en su carrera y en su vida personal.
Pese a haber nacido en Huntington (Nueva York), Atkinson posee nacionalidad española, adquirida durante su etapa como jugador en equipos modestos del baloncesto nacional. Entre 1993 y 1997 pasó por el Canoe, el Vino de Toro Zamora, Salamanca y, finalmente, el extinto CB Calpe, que por entonces competía en la Liga EBA.
Fue precisamente en la temporada 1996-97 cuando recaló en el conjunto calpino, fichado por su doble nacionalidad en un equipo que ya contaba con otro estadounidense. Su llegada al club fue posible gracias al respaldo económico del empresario calpino Ronald Butti, padre de la expresidenta del club Carol Butti, quien recordaba con cierta ironía su primera impresión: “Esperaba ver entrar por la puerta a un negro, al típico norteamericano, pero me sorprendí al ver que era blanco”.
Sus compañeros de equipo en Calp aún rememoran anécdotas que dejaban entrever el ADN competitivo de Atkinson. Constante Ivars, leyenda del club y entonces capitán del equipo, lo definía como “un jugador muy inteligente”, mientras que Pere Tur, canterano calpino, narraba un episodio que aún se recuerda en el club: “Me acuerdo que metí tres triples seguidos en un entrenamiento y él paró todo para decirle al entrenador que el alero que me defendía, que era el titular y venía del Estudiantes, no servía para el equipo”.
![[Img #18584]](https://calpdigital.es/upload/images/05_2025/9033_kenny-atkinson-cb-calpe-2.jpg)
Aquella actitud, unida a una gran profesionalidad, puntualidad y respeto por los roles del equipo, le granjeó el respeto dentro y fuera de la pista. Además, supo integrarse con naturalidad en las costumbres locales. “Lo invitamos a casa a comer puchero y se adaptaba a todo”, recordaba Tur. “Después de comer llamaba a su pareja y me pasaba el teléfono para que yo hablara con ella mientras él dormía la siesta”, añadía entre risas.
Una trayectoria imparable
Lo que comenzó en un pabellón humilde del litoral alicantino ha terminado en los banquillos más exigentes del mundo. Atkinson fue asistente de los New York Knicks y Atlanta Hawks, y alcanzó notoriedad como entrenador jefe de los Brooklyn Nets.
Ahora, tras una campaña impecable en Cleveland y elegido técnico del All Star Game de 2025, el reconocimiento como Entrenador del Año pone el broche de oro a una trayectoria que comenzó entre el mar, el Peñón d'Ifac y las canastas de Calp.
La huella de Atkinson permanece imborrable en la Marina Alta, donde aún se le recuerda como un ejemplo de trabajo, humildad y talento. Y ahora, también, como el mejor entrenador del año en la NBA.

Kenny Atkinson ha sido nombrado oficialmente Coach of the Year 2025 (Entrenador del Año) en la NBA. Un reconocimiento que premia una temporada sensacional al frente de los Cleveland Cavaliers, con un balance de 64 victorias y solo 18 derrotas, que lo confirma como uno de los grandes estrategas del baloncesto actual. Pero más allá del éxito en Estados Unidos, el nombre de Atkinson guarda un vínculo especial con España y, más concretamente, con Calp, donde vivió un capítulo determinante en su carrera y en su vida personal.
Pese a haber nacido en Huntington (Nueva York), Atkinson posee nacionalidad española, adquirida durante su etapa como jugador en equipos modestos del baloncesto nacional. Entre 1993 y 1997 pasó por el Canoe, el Vino de Toro Zamora, Salamanca y, finalmente, el extinto CB Calpe, que por entonces competía en la Liga EBA.
Fue precisamente en la temporada 1996-97 cuando recaló en el conjunto calpino, fichado por su doble nacionalidad en un equipo que ya contaba con otro estadounidense. Su llegada al club fue posible gracias al respaldo económico del empresario calpino Ronald Butti, padre de la expresidenta del club Carol Butti, quien recordaba con cierta ironía su primera impresión: “Esperaba ver entrar por la puerta a un negro, al típico norteamericano, pero me sorprendí al ver que era blanco”.
Sus compañeros de equipo en Calp aún rememoran anécdotas que dejaban entrever el ADN competitivo de Atkinson. Constante Ivars, leyenda del club y entonces capitán del equipo, lo definía como “un jugador muy inteligente”, mientras que Pere Tur, canterano calpino, narraba un episodio que aún se recuerda en el club: “Me acuerdo que metí tres triples seguidos en un entrenamiento y él paró todo para decirle al entrenador que el alero que me defendía, que era el titular y venía del Estudiantes, no servía para el equipo”.
Aquella actitud, unida a una gran profesionalidad, puntualidad y respeto por los roles del equipo, le granjeó el respeto dentro y fuera de la pista. Además, supo integrarse con naturalidad en las costumbres locales. “Lo invitamos a casa a comer puchero y se adaptaba a todo”, recordaba Tur. “Después de comer llamaba a su pareja y me pasaba el teléfono para que yo hablara con ella mientras él dormía la siesta”, añadía entre risas.
Una trayectoria imparable
Lo que comenzó en un pabellón humilde del litoral alicantino ha terminado en los banquillos más exigentes del mundo. Atkinson fue asistente de los New York Knicks y Atlanta Hawks, y alcanzó notoriedad como entrenador jefe de los Brooklyn Nets.
Ahora, tras una campaña impecable en Cleveland y elegido técnico del All Star Game de 2025, el reconocimiento como Entrenador del Año pone el broche de oro a una trayectoria que comenzó entre el mar, el Peñón d'Ifac y las canastas de Calp.
La huella de Atkinson permanece imborrable en la Marina Alta, donde aún se le recuerda como un ejemplo de trabajo, humildad y talento. Y ahora, también, como el mejor entrenador del año en la NBA.
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