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Rosa Más: “En Calp no había que matar a los jabalíes, se deberían haber castrado para convivir”
La bióloga y defensora de los animales aboga por la esterilización y el manejo ético de las poblaciones de jabalíes en entornos urbanos como había en Calp
La presencia de jabalíes en áreas urbanas y periurbanas ha generado controversia en lugares como Calp, donde se abatieron a varios de estos animales tras establecerse en Las Salinas, cerca de un entorno residencial. Sin embargo, la bióloga y experta en fauna Rosa Más González ha expresado su desacuerdo con este enfoque, sugiriendo que deberían haber sido consideradas alternativas más éticas y sostenibles, como la esterilización y la creación de espacios de convivencia con estos animales.
En una conversación con Calp Digital, Rosa Más destacaba que el concepto de superpoblación de jabalíes no siempre se aplica correctamente. Según explica, un aumento en la presencia de jabalíes en ciertos lugares no necesariamente indica que haya demasiados animales en relación con el ecosistema, sino que, en muchos casos, se debe a la alteración de su comportamiento y su adaptación a los entornos urbanos, donde encuentran alimentos artificiales y recursos sin la presión de los depredadores naturales.
De hecho, la bióloga valenciana también explica que son especies sinantrópicas, animales silvestres que se acomodan o acostumbran a la vida en un entorno urbano, como en su día ocurrió con las gaviotas o las palomas. Por ello, Más subrayaba la importancia de comprender la biología del jabalí, un animal social que vive en grupos liderados por una matriarca, una hembra guía que emite feromonas, lo que inhibe la reproducción de las otras hembras del grupo. Además, como líder del grupo, es quien conoce los sitios idoneos donde refugiarse, reproducirse, buscar agua o alimento.
Los problemas con los jablíes ocurren en todo caso cuando se caza o se captura a la matriarca, “descontrola al resto del grupo y eso genera que otras hembras entren en celo y se reproduzcan sin control”, indica Más. Este desajuste biológico provoca un aumento en la población de jabalíes y afecta a su capacidad para sobrevivir y encontrar alimento en la naturaleza, lo que puede causar problemas de convivencia.
La experta advierte que la eliminación de estos animales sin considerar su estructura social solo contribuye a empeorar el problema a largo plazo. “La clave es gestionar éticamente las poblaciones. Si se les da la oportunidad de coexistir de manera equilibrada en su entorno, podemos evitar que se acerquen a los centros urbanos, o incluso convivir en un mismo espacio”, argumentó.
El caso de Calp: ¿un enfoque adecuado?
En relación al caso concreto de Calp, donde la eliminación de los jabalíes fue justificada por el riesgo que podrían suponer para las personas, Rosa Más opinaba que “la solución en Calp no era matar a los jabalíes, se debían haber castrado para convivir”. “Es necesario habilitar espacios de convivencia como se ha hecho en otras zonas de España, donde se pueden delimitar áreas donde los animales puedan vivir sin causar problemas”, explica la bióloga.
Según explica, al igual que ocurre con las colonias de gatos, la esterilización hubiese fomentado el control de la población, que poco a poco se reduciría. Los grupos suelen ser territoriales y, donde hay un grupo, no suelen atraer a más, evitando a su vez la superpoblación.
Más resalta que los jabalíes que se adaptan a vivir en entornos urbanos no son necesariamente peligrosos, como se tiende a creer. “He trabajado con muchos casos donde las personas daban de comer a los jabalíes y no hubo ningún ataque. De hecho, estos animales se acercan con una gran sociabilidad”, indicó.
La raíz del problema: la falta de hábitat y los cotos de caza
La experta también destaca que uno de los principales factores que alimenta este problema radica en su hábitat natural. “Tenemos que saber cuál es el problema en el entorno rural, si no vamos a la raíz del problema, nunca lo vamos a atajar. El problema en su hábitat natural es crítico y, si no lo analizamos, el acercamiento de los animales a las ciudades se va a seguir agravando”, explicó Rosa Más.
Otro aspecto que Rosa Más destaca es el problema de los comederos artificiales. Muchos animales se acostumbran a buscar comida en estos lugares, lo que los hace más propensos a acercarse a las áreas urbanas en busca de alimento. “Este comportamiento altera la estructura natural de los grupos de jabalíes, lo que provoca que se acerquen más a los asentamientos humanos y aumenten los conflictos”, señala la experta.
Por otro lado, Más critica las granjas cinegéticas y los cebadales, que proporcionan comida a los animales, alterando su comportamiento natural y facilitando su acercamiento a las zonas urbanas. En este contexto, la falta de un censo de la población de jabalíes y un plan de gestión integral de las especies por parte de la administración pública sigue siendo un desafío.
Ante esta problemática extensiva a zonas urbanas, Más aboga por alternativas como la esterilización de los jabalíes. Este método, que ha tenido éxito en ciudades como Barcelona, consiste en capturar a los animales, trasladarlos a espacios más adecuados y esterilizarlos para evitar que sigan reproduciéndose. Según Más, este enfoque ha demostrado ser efectivo, ya que, en zonas donde se ha implementado, no se ha registrado un aumento en la población de jabalíes.
Aunque la biologa valenciana concluía argumentando que, aunque el problema de los jabalíes en áreas urbanas es complejo, la solución pasa por gestionar éticamente las poblaciones y crear espacios de convivencia. "La eliminación no es una solución a largo plazo, debemos buscar alternativas basadas en el respeto por los animales y la sostenibilidad", concluyó.

La presencia de jabalíes en áreas urbanas y periurbanas ha generado controversia en lugares como Calp, donde se abatieron a varios de estos animales tras establecerse en Las Salinas, cerca de un entorno residencial. Sin embargo, la bióloga y experta en fauna Rosa Más González ha expresado su desacuerdo con este enfoque, sugiriendo que deberían haber sido consideradas alternativas más éticas y sostenibles, como la esterilización y la creación de espacios de convivencia con estos animales.
En una conversación con Calp Digital, Rosa Más destacaba que el concepto de superpoblación de jabalíes no siempre se aplica correctamente. Según explica, un aumento en la presencia de jabalíes en ciertos lugares no necesariamente indica que haya demasiados animales en relación con el ecosistema, sino que, en muchos casos, se debe a la alteración de su comportamiento y su adaptación a los entornos urbanos, donde encuentran alimentos artificiales y recursos sin la presión de los depredadores naturales.
De hecho, la bióloga valenciana también explica que son especies sinantrópicas, animales silvestres que se acomodan o acostumbran a la vida en un entorno urbano, como en su día ocurrió con las gaviotas o las palomas. Por ello, Más subrayaba la importancia de comprender la biología del jabalí, un animal social que vive en grupos liderados por una matriarca, una hembra guía que emite feromonas, lo que inhibe la reproducción de las otras hembras del grupo. Además, como líder del grupo, es quien conoce los sitios idoneos donde refugiarse, reproducirse, buscar agua o alimento.
Los problemas con los jablíes ocurren en todo caso cuando se caza o se captura a la matriarca, “descontrola al resto del grupo y eso genera que otras hembras entren en celo y se reproduzcan sin control”, indica Más. Este desajuste biológico provoca un aumento en la población de jabalíes y afecta a su capacidad para sobrevivir y encontrar alimento en la naturaleza, lo que puede causar problemas de convivencia.
La experta advierte que la eliminación de estos animales sin considerar su estructura social solo contribuye a empeorar el problema a largo plazo. “La clave es gestionar éticamente las poblaciones. Si se les da la oportunidad de coexistir de manera equilibrada en su entorno, podemos evitar que se acerquen a los centros urbanos, o incluso convivir en un mismo espacio”, argumentó.
El caso de Calp: ¿un enfoque adecuado?
En relación al caso concreto de Calp, donde la eliminación de los jabalíes fue justificada por el riesgo que podrían suponer para las personas, Rosa Más opinaba que “la solución en Calp no era matar a los jabalíes, se debían haber castrado para convivir”. “Es necesario habilitar espacios de convivencia como se ha hecho en otras zonas de España, donde se pueden delimitar áreas donde los animales puedan vivir sin causar problemas”, explica la bióloga.
Según explica, al igual que ocurre con las colonias de gatos, la esterilización hubiese fomentado el control de la población, que poco a poco se reduciría. Los grupos suelen ser territoriales y, donde hay un grupo, no suelen atraer a más, evitando a su vez la superpoblación.
Más resalta que los jabalíes que se adaptan a vivir en entornos urbanos no son necesariamente peligrosos, como se tiende a creer. “He trabajado con muchos casos donde las personas daban de comer a los jabalíes y no hubo ningún ataque. De hecho, estos animales se acercan con una gran sociabilidad”, indicó.
La raíz del problema: la falta de hábitat y los cotos de caza
La experta también destaca que uno de los principales factores que alimenta este problema radica en su hábitat natural. “Tenemos que saber cuál es el problema en el entorno rural, si no vamos a la raíz del problema, nunca lo vamos a atajar. El problema en su hábitat natural es crítico y, si no lo analizamos, el acercamiento de los animales a las ciudades se va a seguir agravando”, explicó Rosa Más.
Otro aspecto que Rosa Más destaca es el problema de los comederos artificiales. Muchos animales se acostumbran a buscar comida en estos lugares, lo que los hace más propensos a acercarse a las áreas urbanas en busca de alimento. “Este comportamiento altera la estructura natural de los grupos de jabalíes, lo que provoca que se acerquen más a los asentamientos humanos y aumenten los conflictos”, señala la experta.
Por otro lado, Más critica las granjas cinegéticas y los cebadales, que proporcionan comida a los animales, alterando su comportamiento natural y facilitando su acercamiento a las zonas urbanas. En este contexto, la falta de un censo de la población de jabalíes y un plan de gestión integral de las especies por parte de la administración pública sigue siendo un desafío.
Ante esta problemática extensiva a zonas urbanas, Más aboga por alternativas como la esterilización de los jabalíes. Este método, que ha tenido éxito en ciudades como Barcelona, consiste en capturar a los animales, trasladarlos a espacios más adecuados y esterilizarlos para evitar que sigan reproduciéndose. Según Más, este enfoque ha demostrado ser efectivo, ya que, en zonas donde se ha implementado, no se ha registrado un aumento en la población de jabalíes.
Aunque la biologa valenciana concluía argumentando que, aunque el problema de los jabalíes en áreas urbanas es complejo, la solución pasa por gestionar éticamente las poblaciones y crear espacios de convivencia. "La eliminación no es una solución a largo plazo, debemos buscar alternativas basadas en el respeto por los animales y la sostenibilidad", concluyó.
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