Hotel Swiss Moraira, un lugar para dejarte llevar, descansar y reencontrarte

“11 de abril de 2006. Esa fecha no se me olvida”. El director del Hotel Swiss Moraira, Joaquín Moltó, lo dice sin dudar, como quien guarda en la memoria el día en que todo cambió. Ese fue el momento en que el Hotel Swiss Moraira, tras una reforma de casi dos años, abrió sus puertas al público con una idea clara: ofrecer algo que entonces no existía en el municipio.

“Moraira no tenía hoteles. Era una zona donde todo cerraba en invierno. Nosotros decidimos abrir 24/7. Veinte años sin cerrar. Literal”, recuerda su director. La historia del Swiss Moraira, sin embargo, empieza en 2004 con la compra del hotel —entonces en manos de un propietario suizo, de ahí el nombre— y con la decisión de transformarlo por completo.

Moltó ha estado ahí casi desde el principio. Salvo un paréntesis personal entre 2016 y 2021, en el que aprovechó para viajar y “coger aire”, ha sido el rostro visible y la voz tras la gestión del establecimiento. “Esto es un estilo de vida. Aquí no hay horarios. No es solo una empresa, es mucho más”.

En aquellos primeros años, el concepto de hotel boutique apenas comenzaba a sonar. “Fue la época de los hoteles con encanto. Nosotros nos posicionamos rápido. Queríamos ser algo distinto a los hoteles grandes. Más trato con el cliente, más cercanía, más calidad”. El público respondió. Y los medios también: apariciones en televisión, presencia en rankings nacionales…y consiguieron lo más importante para ellos: “empezamos a fidelizar”.

Un hotel en dos direcciones

Joaquín lo explica con claridad: “Tenemos dos perfiles de cliente. Por un lado, el empresario que busca discreción, calidad, tranquilidad. Por otro, la pareja que quiere escaparse, desconectar, revivir. Y lo bueno es que los dos encuentran su sitio aquí”.

El hotel, de 36 habitaciones, ha evolucionado hacia una propuesta “diseñada para adultos”, no excluyente, pero sí enfocada. “No somos solo un ‘only adults’, pero sí un lugar donde venir sin niños, donde volver a estar con tu pareja, donde te mimamos, te cuidamos, te damos una experiencia”.

Y ese es uno de los términos que más repite: “experiencia”. Porque el Hotel Swiss Moraira no solo vende alojamiento, ni solo gastronomía —que también—, sino “un entorno, un jardín precioso, masajes junto a la piscina, cenas tranquilas, silencio, calidad y ese ‘algo’ que cuesta explicar, pero que se nota cuando entras por la puerta”.

“Tenemos clientes que vienen desde hace 20 años. Que repiten cada verano. Que ya son familia. Gente de Valencia, de Madrid, de aquí de la comarca. Empresarios, artistas, políticos, gente anónima. Todos encuentran algo especial”, destaca Moltó.

“Algunos vinieron de novios y luego celebraron su boda aquí. Para otros, este hotel fue el inicio de su historia familiar”, comenta Moltó. “Hoy esos niños tienen 15 años o más y siguen viniendo con sus padres. Esa es la bonita historia del Swiss Moraira”.

Y ante la pregunta de cómo definiría el hotel para quien aún no lo conozca, responde sin rodeos: “El Hotel Swiss Moraira es un lugar para dejarte llevar. Para descansar. Para reencontrarte. Para estar bien”.

Por eso, su invitación final no es un eslogan, sino una convicción: “Quien no nos conozca, que venga. Nosotros lo daremos todo para que viva lo que somos. Porque lo que hacemos, lo hacemos con amor. Y eso, cuando es verdad, se nota”.