La señora de la limpieza y el turismo de calidad
En un curso de publicidad, marketing y ventas, que hace muchos años tuve la oportunidad de realizar, se nos explicaba la historia acerca de cómo Colgate había conseguido aumentar sus ventas. Reunidos todos los grandes ejecutivos de ventas de la compañía, estos estaban en plena “brainstorming” o tormenta de ideas, intentando poner sobre la mesa cual era la mejor fórmula para vender más pasta dental. Unos se decantaban por los sabores, otros por los colores, y así una tras otra idea, iban apareciendo sin que el Director General, presente en esta reunión, diera el visto bueno. En un momento dado, el Director General, les dijo a todos que pararan, y se acercó hasta la puerta, pues había visto que al otro lado de las paredes de cristales, de la sala en la que se encontraban, se hallaba la señora de la limpieza. La invito a entrar y delante de todos los grandes ejecutivos, le pregunto a la empleada, cuál sería la fórmula que ella utilizaría para que gente normal de la calle consumiera más este producto.
Tan solo hubo una respuesta: - ¡Hagan el tapón más grande!
Efectivamente, con esa pequeña diferencia de agrandar unos milímetros el canal de salida de la pasta dental haciendo el tapón más grande, hizo que los consumidores, pusieran más cantidad de pasta en el cepillo de dientes, acabándose antes el tubo de higiene dental.
El resultado final: El consumidor compraba más rápido este producto nuevamente. Esto en una persona es imperceptible, pero millones y millones de tubos diarios, hicieron que las cifras de Colgate aumentaran de forma vertiginosa.
Pues bueno algo parecido debió ocurrirle a las cabezas pensantes del Sanex, jabón líquido que sirve para nuestro aseo diario. De un tiempo hacia acá, hemos podido observar (los que utilizamos esta marca), como aquel liquido espeso, que bastaba con unos pocos “chorros” sobre la esponja, sobraba para limpiar todo tu cuerpo. Ahora ha pasado a ser más “liquido”, por lo que tenemos que utilizar más producto, queramos o no, pues la ley de la gravedad ejerce su fuerza y deja que el producto ahora menos denso, caiga con más cantidad y más rapidez.
Una persona sola no se nota, pero cientos de miles sí. Resultado final: Nuevamente la compañía sube ventas sin hacer nada más que pensar con lógica.
¿A qué viene todo esto?
Les explico, motivado por mi trabajo diario, estoy en contacto con los empresarios de los distintos municipios donde mi labor es ejercida, por lo que digamos que escucho muchas “brainstormings” acerca de las soluciones que se tendrían que aplicar para solucionar el turismo de calidad que parece que nos está dejando de lado por otros destinos que deben de parecerles más adecuados a los turistas.
Cuando estos visitantes, deciden venir, se encuentran lo mismo que en otros sitios, pero siendo todo más caro, en tiendas de mucha menos calidad, llámense chinos, bazares o similares. Conclusión: No vuelven a visitarnos y prefieren pasar sus vacaciones en otros lugares.
Esto no significa que todo lo que se ha hecho este mal, al contrario, se han realizado políticas de turismo muy acertadas, pero otras parece que no han surtido el efecto deseado.
El problema ha sido que desde un principio no se ha contado con la base fundamental, que ha sido reunirse a menudo con los empresarios del sector. Escuchar y aprender de ellos tal vez nos hubiese permitido afrontar de otro modo esta crisis.
¿Se acuerdan de la señora de la limpieza de Colgate? Pues eso mismo.
Se están abriendo muchos bazares chinos que están terminando con la imagen de un turismo de calidad. Esta frase se repetía una y otra vez. Ahora ya es tarde. Tan solo en uno de los núcleos de población de un municipio nos encontramos con seis (6) de estas tiendas chinas, sin contar con otros tantos locales o se podrían llamar “megalocales” en el resto del municipio.
¿Es esta imagen la que queremos para nuestro turismo de “calidad”?
Mi pregunta ahora es: ¿Quién le pone el cascabel al gato?
El político no puede saltarse la ley y cerrar estos negocios, entonces habrá que pensar en otras soluciones.
La mía es sencilla, hagan el tapón más grande y el jabón menos espeso.
O cogemos el toro por los cuernos o simplemente nuestros municipios desaparecerán de los destinos turísticos preferentes.
No nos quedemos en el sol y playa, ofrezcamos nuevas alternativas.
Y sobre todo, cuenten con la señora de la limpieza.
En un curso de publicidad, marketing y ventas, que hace muchos años tuve la oportunidad de realizar, se nos explicaba la historia acerca de cómo Colgate había conseguido aumentar sus ventas. Reunidos todos los grandes ejecutivos de ventas de la compañía, estos estaban en plena “brainstorming” o tormenta de ideas, intentando poner sobre la mesa cual era la mejor fórmula para vender más pasta dental. Unos se decantaban por los sabores, otros por los colores, y así una tras otra idea, iban apareciendo sin que el Director General, presente en esta reunión, diera el visto bueno. En un momento dado, el Director General, les dijo a todos que pararan, y se acercó hasta la puerta, pues había visto que al otro lado de las paredes de cristales, de la sala en la que se encontraban, se hallaba la señora de la limpieza. La invito a entrar y delante de todos los grandes ejecutivos, le pregunto a la empleada, cuál sería la fórmula que ella utilizaría para que gente normal de la calle consumiera más este producto.
Tan solo hubo una respuesta: - ¡Hagan el tapón más grande!
Efectivamente, con esa pequeña diferencia de agrandar unos milímetros el canal de salida de la pasta dental haciendo el tapón más grande, hizo que los consumidores, pusieran más cantidad de pasta en el cepillo de dientes, acabándose antes el tubo de higiene dental.
El resultado final: El consumidor compraba más rápido este producto nuevamente. Esto en una persona es imperceptible, pero millones y millones de tubos diarios, hicieron que las cifras de Colgate aumentaran de forma vertiginosa.
Pues bueno algo parecido debió ocurrirle a las cabezas pensantes del Sanex, jabón líquido que sirve para nuestro aseo diario. De un tiempo hacia acá, hemos podido observar (los que utilizamos esta marca), como aquel liquido espeso, que bastaba con unos pocos “chorros” sobre la esponja, sobraba para limpiar todo tu cuerpo. Ahora ha pasado a ser más “liquido”, por lo que tenemos que utilizar más producto, queramos o no, pues la ley de la gravedad ejerce su fuerza y deja que el producto ahora menos denso, caiga con más cantidad y más rapidez.
Una persona sola no se nota, pero cientos de miles sí. Resultado final: Nuevamente la compañía sube ventas sin hacer nada más que pensar con lógica.
¿A qué viene todo esto?
Les explico, motivado por mi trabajo diario, estoy en contacto con los empresarios de los distintos municipios donde mi labor es ejercida, por lo que digamos que escucho muchas “brainstormings” acerca de las soluciones que se tendrían que aplicar para solucionar el turismo de calidad que parece que nos está dejando de lado por otros destinos que deben de parecerles más adecuados a los turistas.
Cuando estos visitantes, deciden venir, se encuentran lo mismo que en otros sitios, pero siendo todo más caro, en tiendas de mucha menos calidad, llámense chinos, bazares o similares. Conclusión: No vuelven a visitarnos y prefieren pasar sus vacaciones en otros lugares.
Esto no significa que todo lo que se ha hecho este mal, al contrario, se han realizado políticas de turismo muy acertadas, pero otras parece que no han surtido el efecto deseado.
El problema ha sido que desde un principio no se ha contado con la base fundamental, que ha sido reunirse a menudo con los empresarios del sector. Escuchar y aprender de ellos tal vez nos hubiese permitido afrontar de otro modo esta crisis.
¿Se acuerdan de la señora de la limpieza de Colgate? Pues eso mismo.
Se están abriendo muchos bazares chinos que están terminando con la imagen de un turismo de calidad. Esta frase se repetía una y otra vez. Ahora ya es tarde. Tan solo en uno de los núcleos de población de un municipio nos encontramos con seis (6) de estas tiendas chinas, sin contar con otros tantos locales o se podrían llamar “megalocales” en el resto del municipio.
¿Es esta imagen la que queremos para nuestro turismo de “calidad”?
Mi pregunta ahora es: ¿Quién le pone el cascabel al gato?
El político no puede saltarse la ley y cerrar estos negocios, entonces habrá que pensar en otras soluciones.
La mía es sencilla, hagan el tapón más grande y el jabón menos espeso.
O cogemos el toro por los cuernos o simplemente nuestros municipios desaparecerán de los destinos turísticos preferentes.
No nos quedemos en el sol y playa, ofrezcamos nuevas alternativas.
Y sobre todo, cuenten con la señora de la limpieza.
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