No somos nada

Hay momentos en los que nos dejamos llevar por nuestros pensamientos, y es sorprendente como ese “viaje” interior, nos transporta a todo tipo de recuerdos, pero parece que el subconsciente, tiene cierta preferencia por los melancólicos en forma de personas que han formado parte de nuestras vidas.

Nací en la época que me permitió conocer la discoteca Acuario, aunque habían otras muchas, Skorpio, HeHo, incluso hasta una pequeña debajo del desaparecido restaurante Viñasol , a la que más que ir a bailar, los chicos de aquella época, salíamos para ver si con un golpe de suerte ligábamos. Estábamos a mediados de los 80. Fuimos asiduos del Molí Blanc, y del Caracol en Jávea, o del mítico Colors…  nos íbamos al Graffiti en Pedreguer, o los domingos al Golden en Denia, aunque también bajábamos a Xaló a visitar el Marge y el Tallarina, Comix en Calpe, o el mismísimo Trance situado entre Benissa y la población calpina. Amadeus, Tocata, Menphis, Mefisto, Androides, en Benissa, Blanc y negre en Teulada… ¡¡Cuántos  nombres me dejo!!

Muchas de las personas con las que coincidíamos o salíamos de fiesta forman ya parte de estos recuerdos, pues por desgracia ya no se encuentran entre nosotros.

Y veo a la juventud, y pienso que como ellos, en esos momentos nosotros pensábamos que nos íbamos a comer el mundo…pero para el mundo tan solo éramos y somos  una simple merienda, así que finalmente, como, cuando y donde este quería, terminaba  devorándonos.

En el camino se han quedado amistades, amores, ilusiones, sueños y tantas y tantas cosas, que sería difícil enumerarlas todas, pero que un día a sin más vuelven en forma de pensamiento para recordarte lo vivido.

Y seguimos sin aprender, y seguimos pensando que seremos capaces de comernos el mundo, unos en mayor medida que otros.

Este escrito, sirva como freno a la rapidez de nuestros pensamientos más atrevidos, y nos devuelva a la realidad de que siendo quienes somos, o quienes consideramos ser… en realidad: ¡no somos nada!